GOA!!!!

La media noche del viernes nos agarró corriendo de una plataforma de tren a otra. Un poco agotados, con caras de dormidos y las mochilas al hombro nos dejamos estar y colgamos hablando de viajes, próximos destinos y edades (una de las chicas cumplía años el sábado, whooo!). Como muchas cosas acá, el tren se atrasó un poco y gracias a ello llegamos bien en horario.

Pero que bombón que soy con esas medias y las zapatillas!

Pero que bombón que soy con esas medias y las zapatillas!

Viajar en “sleeper’s class” de un tren es la opción más económica para recorrer India. Nuestro viaje de nueve horas nos costó 350 rupias (casi seis dólares) por cabeza. Dado el precio no se puede pretender mucho lujo/higiene/comodidad/privacidad y tampoco es recomendable viajar solo en estas condiciones, y menos siendo mujer; pero éramos un grupo de seis, en teoría ocupando una sección solo entre nosotros. Los chicos me han contado sus historias no muy felices en los trenes de larga distancia y que han sido experiencias no tan deseables, pero nuevamente creo que India ha sido bondadosa conmigo. Debo admitir que es mucho peor de lo que imaginaba, pero aún así lo disfruté mucho al viaje y me pareció genial!

No es lindo, para nada. Casi que tiene un ambiente de cárcel. Es oscuro, no es limpio, apenas entras te inunda un olor desagradable proveniente de los baños (el mal olor de los baños acá es más fuerte que de costumbre, debe de tener algo que ver con las especias que se consumen), y en nuestro caso nos encontramos con un exceso de gente. Para encontrar el lugar hay que caminar por un pasillo que corre a lo largo del compartimiento. De un lado de este pasillo hay camillas apoyadas contra la pared/ventana, una fila a la altura de las rodillas y otra a la altura de la cabeza. Del otro lado están las secciones donde cada una tiene una apertura abierta (valga la redundancia, pero me refiero a que no hay división alguna, no hay puerta, cortina, marco, nada) a seis camillas: dos a la altura de la rodilla, dos a la altura de la cintura/costillas y dos a la altura de la cabeza. A diferencia de las camillas contra el pasillo estás están dispuestas transversalmente al tren; al principio están guardadas las dos del medio convirtiendo a las camillas de abajo en asientos.

Cuando finalmente ubicamos nuestra sección la encontramos con ocho a diez personas, que se subieron sin comprar ticket, sentadas en nuestros lugares. Si esto pasará en Argentina lo más probable es que habría puteadas de idas y vuelta y una discusión para resolver el tema. Acá fue muy pacífico. Vino el encargado del tren, dijo un par de cosas en hindi, y con el tiempo las personas se empezaron a levantar y a acomodar en el pasillo. Eran como las dos de la mañana cuando finalmente pudimos armar las camillas que faltaban y acostarnos a dormir. Mientras yo me acomodaba en la camilla de arriba, al lado de los ventiladorcitos del techo, unas señoras que habían estado sentadas en nuestro lugar se acomodaron en el pasillo entre nuestras camillas! Me desperté en la noche y cuando miré hacia abajo estaba todo ocupado con sus bolsas y pertenencias.

Camilla de arriba en el tren!

La mujer en el pasillo, ahí todavía faltan todos los bolsos y pertenencias...

La mujer en el pasillo, ahí todavía faltan todos los bolsos y pertenencias…

Estaba tan cansada que dormí bastante; me despertaba cada rato por ruidos de las vías del tren (mucho ruido), o de gente discutiendo, o tan solo para ponerme en una posición más cómoda. No hacía ni frío ni calor, tenía puesto un sweater y estaba cómoda. Da un poquito de cosa acostarse en la camilla aparentemente sucia, pero si uno se olvida que la han usado cientos de personas antes (probablemente sin haber sido limpiada), no es mucho menos incómodo que los colchones a los que ya estamos acostumbrados.

Después de un par de horas de sueño, nos levantamos como a las ocho y media de la mañana, deshicimos las camas, y nos sentamos a disfrutar de la vista a través de las pequeñas ventanas, esperando llegar a nuestro destino. En un momento usé el baño al estilo indio del tren. No es lo más cómodo, pero creo que en cuanto a baños, después del de Lonavala ya nada me sorprende.

Llegamos a la estación de tren y tomamos dos rickshaws para ir a nuestro hotel. El camino curvilíneo a Anjuna Beach es muy bonito, calles relativamente angostas, muchas plantas y árboles, se ven casitas modestas y también mansiones no tan modestas. Goa es un estado que fue colonizado por los portugueses y es considerado uno de los lugares más occidentalizados de India. Esto es verdad en cierta medida. En los treinta minutos hasta llegar a nuestro hotel vi más gente blanca que lo que he visto en Navi Mumbai durante toda mi estadía, la música en los bares, boliches y ambientes de joda es principalmente electrónica y hasta se puede conseguir carne (supuestamente de vaca, pero hay quienes dicen que es búfalo).

Llegamos al hotel como a las once de la mañana, todos famélicos y contentos con tan solo ver el mar. Mientras esperamos a que llegue el resto de la banda fuimos a comer a un restaurante sobre la playa.

A comer!!

A comer!!

El hotel Anjuna Inn es más que agradable y se lo recomiendo a cualquiera que vaya a Anjuna Beach! Solo pasamos una noche ahí y lo ocupamos solo durante las pocas horas que dormimos y para bañarnos, pero es muy limpio, está sobre la playa y tiene colchones de verdad, que más se puede pedir? Dejamos las cosas en los cuartos apenas llegamos, y todo es tan relajado en la playa que el check-in lo terminamos haciendo como a las seis de la tarde. Uno de los chicos que viajaba con nosotros es indio y se encargó de todo lo relacionado a la comunicación, organización y negociaciones, así que la mayoría del resto solo nos dejamos llevar.

Después de comer fui a comprar mis primeras adquisiciones en ferias indias. Es natural en la cultura de acá negociar absolutamente todo y esta feria fue la primera vez que me encontré en la situación. Con dos amigos elegimos cuatro artículos y  la hora de establecer el precio, fue todo un drama!! Por un lado que era muy caro, por el otro que era muy barato, que no le alcanzaba para cubrir el costo, por el nuestro que no teníamos tanto dinero para eso, y así sucesivamente. Finalmente la vendedora dice que su precio es fijo y no baja más, a lo cual dejamos las cosas desinteresadamente y nos alejamos, a lo que ella nos llama, lo deja a un menor precio y concretamos la compra. A mí me parece agotador todo el trámite, pero acá es rutina y la gente lo disfruta. Posteriormente le compre un collar a una señora viejita cuyo discurso de venta incluía “su dinero es suerte para mí.”

Remera, Bolso y Collar por 700 rupias (11,7 USD, o como 120 pesos)

La tarde del sábado nos dedicamos pura y exclusivamente a disfrutar de la playa y recorrerla de punta a punta. Aparte de salada, el agua es muy calentita y dan ganas de no salirse! Yo que soy friolenta en el agua la pasé increíble. En cuanto a los playeros no eran tantos en cantidad, todos turistas y por lo general de edad pasada los cincuenta (nos llamó un poco la atención un señor que para obtener su bronceado perfecto se entangó con un divino hilo dental, estaba más descubierto que cualquier mujer…).

Si bien la playa era turista, al caminar hacia el final de la misma nos encontramos rodeados de indios que hasta trataban de sacarnos fotos. Salvo en Goa, no se muestra nada en India, incluso en las ciudades cosmopolitas. Los indios no están muy acostumbrados a ver piel y mucho menos piel blanca y al tener varias chicas en el grupo con tes blanca, el grupo llamaba un poco la atención.

Otra observación que nada que ver, nos pasó varias veces que le pedimos a alguien que nos saque fotos grupales y no tenían ni un poquito de sentido estético de una foto! En un momento le pedimos a un chico y el respondió: “Realmente pretenden que todos ustedes entren en esta pantallita!?” jajaja sacó fotos por partes, de tres en tres, cosas que pasan..

Continuando con el relato, la idea era alquilar unas motos para ir hasta el pueblo y enfiestarnos ahí. Del grupo de diez interesados en ir solo uno sabía manejar una moto (aclaro que son sin cambio, pero igual…). Uno de los muchachos se subió con confianza en la moto y le dio con todo al acelerador, chocándose y causando pequeños daños materiales. Posterior a esto nos convencimos que era muy mala idea aprender a manejar una moto de noche, en calles oscuras, con la idea de tomar una o dos cerveza. Estacionamos las motos y volvimos a la playa.

Fuimos a un bar llamado Curlie’s donde entre varios nos fumamos una shisha/narguila sabor a manzana/menta, muy rico! Con lo torpe que soy sin querer tiré de más la manguera y se cayó todo el equipo…casi se cae la brasa encima de alguien pero en definitiva fue un casi incidente, y nos la reemplazaron por otra.  Luego le cantamos el feliz cumpleaños a la cumpleañera y partimos para otro bar a unos trescientos metros de donde estábamos.

Curlie’s

Caminar de noche por la playa, bajo las estrellas, en el agua tibia, en la semi oscuridad, sin ruido más que el de las olas, con una brisa y varios nuevos amigos es increíble!! Fuimos hasta el final de la playa para ver todas las opciones hasta optar por volver a un bar a media distancia. Nos acomodamos en los sillones sobre la playa a picar algo para comer y tomar. La música era electrónica y en cuanto escuchamos algún tema conocido la banda de chicas se paró a mover las cachas, cantando los coros y bailando el resto. Con mis amigos salseros hemos llegado a la conclusión que no importa qué género de música suene, siempre, pero siempre se puede encontrar la clave de la salsa… así que no fue mucha sorpresa encontrarme rumbeando a música electrónica en una playa sobre la costa del Mar Arábigo. Maravilloso!

Nos fuimos a dormir a eso de las tres y media de la mañana y a las ocho a.m. ya estábamos levantados, listos para empezar nuestra mañana paseando en motos por el pueblo. Todo toma su tiempo en India, y más aún si es en la playa y con tanta gente. Desayunamos y finalmente salimos a recorrer en motos, wooohoo!! Yo había manejado moto en una que otra ocasión hace un tiempo, pero le tomé miedo y a su vez más respeto cuando me llegaron historias de accidentes y demás.  De todos modos me animé a manejar y después de unos minutos de prueba salimos a la calle. Cómo dije son super angostas algunas calles y manejar del otro lado de la calle tiene sus cositas. Mientras vas en camino derecho está todo perfecto, pero al momento de llegar a una intersección se confunde todo, no sabes de donde van a venir los vehículos… por suerte no había mucho tránsito y no llegamos a entrar al pueblo. Creo que nos falta práctica para manejar con tráfico, gente, vacas y huecos en la calle. Es muy genial y nos divertimos mucho!! El único incidente ocurrió cuando sin querer roce una moto que estaba estacionada adelante mío y le rompí la placa…oops! Iba manejando muy muy lento, a medio paso de hombre, pero aún así la señal de frenar no le llegó a mi mano y el impacto tuvo su efecto. Con Louisa, mi acompañante, decidimos que era más conveniente seguir de largo y olvidarnos de lo que pasó, tal vez algún día el karma vuelva a cobrarme por el daño.

Nivel Intermedio!

Más tarde volvimos al pueblo en taxi y paseamos por “the market.” Hay muchos bares y boliches donde se re pone con fiestas electrónicas y mucha joda. Comimos pescado muy rico en la playa, boludeamos un rato, compré unas botellas de alcohol para mi jefe (en Goa el alcohol sale casi la mitad de lo que sale en el resto del país) y volvimos para terminar de disfrutar de nuestro día de playa. Por cierto, con una de las chicas descubrimos como subirnos a un barco pescador! Fue todo un logro! Me quedaron raspones y todo, pero en un momento de “Eureka” optamos por usar la cabeza en vez de la fuerza bruta y logramos nuestro objetivo…es medio pelotudo, pero fue glorioso! jaja

Lo hicimos!!

Lo hicimos!!

Finalmente llegó la hora de partir. Habíamos entregado dos de las tres habitaciones antes del medio día así que éramos once personas turnándonos para bañarnos en un único baño. Dejamos el cuarto hecho un verdadero asco, lleno de arena por todos lados.

Corran que perdemos el bus!

A la vuelta volvimos en bus y debo admitir que prefiero sleeper’s class del tren mil veces antes que el micro. Me costó encontrar una posición cómoda en el asiento, me hacía frio, y el colectivo iba demasiado rápido para las curvas de la ruta. Llegamos a las seis de la mañana a Belapur, dormimos un par de horas y listos para arrancar una nueva semana de trabajo!

Fue un viaje rapidísimo! Me hubiese encantado ver más de Goa, ya que en realidad no vimos nada. Hay muchos templos, iglesias y paisajes naturales para descubrir en ese lindo lugar, pero lamentablemente no tuvimos el tiempo para conocer bien. Aún así me encantó, fue corto pero pareció una eternidad! No tener que pensar en lavar la ropa, en cocinar para el día siguiente, en ir de compras…muy genial!

Costo del viaje completo, con transporte, hospedaje y todos los gastos incluidos: 86 USD, nada mal!

Hasta la próxima!

Besoos! 😀

Una Escapada Inesperada

Hmm…dos posts seguido, no sé si es tan buena idea.

Ya fue, quiero contar del inesperado viaje de ayer!

Hasta hace unos días mi plan para el fin de semana era hacer las compras el sábado por la noche después del trabajo, volver a casa y dedicarme a nada. Quería descansar, dormir hasta tarde, y ver pelis. El jueves me habló mi amiga egipcia para convencerme de que la acompañe el sábado por la noche al cumpleaños del esposo de una amiga suya del trabajo (una pareja india). La propuesta era ir el sábado por la noche a Lonavola, una colina como a hora y media en auto. Tenía cero ganas de ir pero mi subconsciente me decía: “podes dormir en otra vida, estas en India, aprovecha la oportunidad para hacer algo distinto, conocer un nuevo lugar y nueva gente…”

No tomó mucho para convencerme de ir. Llegué el sábado del supermercado como a las nueve y cuarto de la noche, comí algo al pasar y a las diez nos encontramos con el cumpleañero, quien nos llevaba en su auto. Participamos de la ocasión mi amiga de Egipto, la chica brasilera, el cumpleañero, su esposa y tres de sus amigos.

Nuestro destino, un estacionamiento gigante en la cima de la colina, estaba lleno de autos, cada cual emitiendo música de todo tipo: electrónica, música popular de boliches y música india. Hay unos puestos en el lugar que proveen sillas, fogata y comida para los visitantes. A las nuevas en India nos llamaba la atención que quienes nos atendían eran niños de diez años más o menos. Salvo eso el lugar es hermoso, una luna llena espectacular que iluminaba todo el acampado, gente reunida cerca de sus autos, tomando, bailando, comiendo y disfrutando de una noche fría bajo las estrellas y lejos del caos de la ciudad.

Antes de venir a India una amiga muy copada me dijo que en vez de buscar las diferencias, busque las similitudes. Anoche encontré un poco de eso, que a pesar de las barreras culturales, en el fondo hay cosas en las cuales no somos tan distintos. Somos seres sociales (o la mayoría al menos), algunos preferimos los grupos grandes y otros la compañía de uno o dos amigos  cercanos, pero en definitiva todos buscamos compartir. En ese acampado alejado de todo había miles de amigos, reunidos entre ellos, haciendo nada más que disfrutar de la compañía y de la presencia del otro. Ahí arriba me olvide que estaba cansada y le agradecí a la voz en mi cabeza que me convenció de ir.

Y qué extraño y maravilloso que es…compartir momentos con perfectos desconocidos. Hace tres semanas no sabía de la existencia de estas personas y ahora estamos arriba de una colina, cagados de frío y acurrucados alrededor de una pequeña fogata, riéndonos por cualquier boludes y aprendiendo de las costumbres de los demás. Es simplemente genial.

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Continuando con el relato, después de doce cantamos el feliz cumpleaños y comimos torta. Esa costumbre me parece que es bastante universal, pero acá hay un plus del que no había escuchado antes. El cumpleañero le da de comer, con la mano y en la boca a todos los invitados presentes! Y luego uno también tiene que darle de comer a él, con la mano y en la boca!

La noche tenía sus altos y bajos. De a momentos estábamos todos de pie y bailando, y de a momentos estábamos todos sentados y relajados. Hasta pusimos un tema de Celia Cruz de algún celular y salseamos un poco. Todos se coparon para al menos intentar bailar salsa. 😀

Cabe mencionar que la reunión de nuestro grupo fue en ausencia absoluta de alcohol. Tanto en Brasil como en Argentina lo más común es que cualquier tipo de reunión, sea de día o de noche, esté acompañada de al menos un par de birras. Con Juliana estábamos asombradas por la situación y que estemos todos enfiestados, contentos y bailando sin siquiera una gota de cerveza circulando.

En medio de todo esto surgió un dilema para las muchachas, ir al baño. Habían dos opciones: los arbustos o el tráiler donde se encontraban los mismos. Creo que lo más higiénico era usar los arbustos pero, dado que estaba muy oscuro, había muchos hombres y posiblemente muchos bichos, elegimos la segundo alternativa. Era un verdadero asco. He estado en baños feos e incómodos, pero esto fue realmente especial. El baño era un hueco en el piso, olía a muchas cosas podridas juntas, todo estaba sucio por donde mires y no había luz.

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Esquema del baño en Lonavala

Hice un pequeño esquema para dar una idea. Los tres rectángulos de abajo en el centro son las escalares para entrar, la parte sombreada en gris es el área donde estaban los tanques, la línea en gris horizontal es la apertura al trailer, y las líneas grises verticales son las puertas de los baños. Estas puertas abren para adentro de los cubículos, muy incomodo, y están casi atascadas en posición abierta. Decidimos que era más conveniente ir al baño con la puerta abierta, convirtiendo al trámite en una tarea de tres: una hacía pis, otra sostenía la puerta, y la tercera alumbraba con un celular…Honestamente, es tanto más fácil para los hombres!

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Baño de la estación de servicio, un lujo en comparación con el de la colina…

Cuando terminamos fue un gran alivio y estábamos muy contentas. Nos lavamos las manos con mucho alcohol en gel y continuamos como si nada.

La idea era ver el amanecer en la colina. Hubiese sido increíble, pero a eso de las cuatro de la mañana empezamos a notar un ambiente más pesado. La realidad es que predominaba la presencia de hombres y se empezó a notar cierto nivel de ebriedad. Decidimos dejar la vista del amanecer para otro día y volver a casa.

El camino es sinuoso y a esa hora de la madrugada había mucha neblina, al punto que no se veía nada y hasta daba miedo. El cumpleañero manejó despacio y llegamos bien, pero fue estresante volver en esas condiciones.

En resumen fue una escapada espontánea y muy encantadora! Me gustaría volver a Lonavola de día, la vista desde ahí arriba debe ser espectacular.

Les dejo otras anécdotas y observaciones que nada que ver:

  • Terminé el día de San Valentín lavando ropa, yay!
  • Casi me choca un niño como de doce años en una bicicleta. Luego se paró y me miró con una cara de “wtf?”
  • Los indios se sacan los zapatos para entrar a casas y a veces incluso oficinas
  • Vi dos ratones muertos: en la estación de tren y saliendo del trabajo (uno chiquito como de dos centímetros)
  • Nunca he visto perros en tan mal estado como se ven acá. Algunos están muy sarnosos, ya sin pelo de lo lastimada que está la piel. A veces se escuchan los maullidos y llantos porque se muerden y se lastiman entre ellos.
  • Ayer volviendo del trabajo me fui a explorar por unas calles paralelas. Eran calles angostas, con solo peatones, alguna moto ocasionalmente, y muchas tiendas pequeñas de todo tipo de cosas. Planeo volver para sacar una que otra foto (no se imaginan lo que me gustaría tener una buena cámara y noción de fotografía…hay tanto para fotografiar y capturar acá. Particularmente la gente!)
  • Tengo conjuntivitis. Todavía no puedo confirmarlo, pero al parecer Assist Card funciona. Vino el médico a casa, y no pagué un centavo, ni por la consulta ni los medicamentos.
  • Es común que pase un chico repartiendo chai (té) en casi todas las oficinas y organizaciones. Por lo general estoy sola cuando pasa el de nuestra oficina y  rechazo el té, no me gusta demasiado. Ayer, en una conversación de no hindi por un lado y no inglés por el otro, el chico me convenció de aceptarlo. Algo trataba de decirme pero no logré descifrar que era.
  • En Lonavola comimos choclo frito en manteca, eran pedazos del tamaño de pochoclo. Riquísimo!!
  • Semanas de seis días laborales son muuuuy largas! Aprecio mucho los domingos y voy a apreciar mucho los viernes cuando vuelva.
  • El otro día volví del otro lado de Mumbai sola en tren a las seis de la tarde (hora pico). Tardé dos horas y media para llegar a casa, de las cuales alrededor de una hora fue tratando de ver qué tren tomarme, en qué plataforma, y dejando pasar los trenes llenos. Le pedí ayuda a diez o doce personas para llegar, todas mujeres salvo el primero, un taxista que según yo sólo quería sacarme plata. Me trataba como boluda. No entendía el razonamiento en lo que me decía pero si a google maps en el celular, y no se correspondía una cosa con la otra. En cuanto al resto que le preguntaba, muy amables. Una chica incluso me llevo ella misma a la plataforma que tenía que tomarme (no era simplemente cambiarse de andén, había una conexión escondida para el que no conoce). Fue interesante el viajesito…
  • Estaba parada en un semáforo dentro de un rickshaw (los moto-auto-taxis), cuando en el rickshaw de al lado se empiezan a maltratar verbalmente la pareja pasajera con el chofer. Cabe destacar que estos vehículos son abiertos con lo cual estaban muy cerca de mí, si estiraba la mano lo tocaba al hombre pasajero. No entendí bien que pasaba (traté de filmarlo pero no se veía nada), cuando la pareja decidió bajarse del rickshaw e irse. La mujer se bajó muy enojada y gritando. Me miró con una cara de puro odio.
  • Se me está acabando el fernet.

Hasta la próxima! Creo que la que viene cuento del trabajo. Veremos…

Y por supuesto feliz cumple madre y hermano un poquito atrasado!!! Los quiero mucho!!

Besos 😀

Hogar, Dulce Hogar

Los invito a pasar a mi nuevo hogar!

La casa es modesta y no tiene lujos innecesarios (como televisión), pero sí una linda energía que le atribuyo a la gente. Compartimos este espacio entre siete personas de distintas nacionalidades, distintas creencias religiosas, distintos hábitos alimenticios, distintos gustos o pasatiempos, distintos idiomas nativos…en fin, muchas cosas distintas. Pero a pesar de todas esas pequeñeces, tenemos una cosa en común que nos une y es que todos decidimos poner en pausa nuestras vidas y mandarnos unos meses a vivir en India. Al menos en mi experiencia todos han sido más que amables y siempre dispuestos a ayudar. No lo divulguemos pero es posible que ya los quiera, al menos un poquito. 😉

Comenzando con el tour, antes de entrar a la casa, hay que llegar. Navi Mumbai está dividido en barrios que por lo general corresponden a las estaciones de tren: Vashi, Sanpada, Nerul, Belapur (donde vivimos nosotros), Juinagar y Seawoods entre otros. Dentro de cada barrio hay sectores enumerados del uno al veinti-algo dependiendo del barrio. Nosotros vivimos en un sub-barrio llamado Artist Village.

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El canal unas dos cuadras más adelante, hay casas muy arregladas en esa zona

Para llegar a nuestra casa hay que bordear el canal (que está seco) por aproximadamente 150 metros. La calle es angosta y curva, con lo cual los autos o vehículos que pasan por ahí deben tocar bocina para que el que viene de frente se haga a un lado. Es super lindo y me encanta!! Por supuesto que sería mucho más pintoresco si el canal tuviese agua limpia, pero aún así como está es bonito.

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El canal entrando a nuestro barrio

A partir de ahí es imposible explicar cómo llegar a la casa. Es un laberinto con patios rectangulares y casas de dos o tres plantas que dan a ellos. La nuestra está escondida y las primeras tres veces es casi seguro que uno se pierde para llegar.

Por donde era??

Por donde era??

Una vez adentro tenemos en planta un living, con una mesa y un par de sillas, la cocina alargada y la habitación de los muchachos y su baño. La cocina está bien equipada, salvo que la cocina en sí es una estufa eléctrica. Una sola estufa eléctrica para siete personas. De alguna manera nos arreglamos.

Saludemos a Juliana, nueva integrante de la familia!

Saludemos a Juliana, nueva integrante de la familia!

En el primer piso están los dos cuartos de las chicas. Subiendo un piso más hay una linda terraza donde colgamos la ropa que tenemos que lavar a mano ya sea en nuestros baños o en la misma terraza si es de día (durísimo). El lugar es perfecto para un buen asado y unas cervezas, pero lo veo difícil.

Izquierda: Romania, Egipto y Brasil (la copa mundial desde Artist Village va a ser interesante este año).  Derecha: Guatemala y Argentina

Derecha: Guatemala y Argentina
Izquierda: Romania, Egipto y Brasil (la copa mundial desde Artist Village va a ser interesante este año).

Vista desde la terraza

Vista desde la terraza

Los pisos de todas las casas son no sé de qué material pero son lisos, le dan luminosidad al espacio, son frescos para andar en patas y fáciles de limpiar. Viene alguien semanalmente a limpiar el piso, usa una escobita y se agacha o se sienta en cuclillas para barrer! Las chicas le compraron una escoba “occidental” pero está de adorno.

Así se limpia!

Así se limpia!

Los baños son mucho mejor de lo que esperaba, cada cuarto tiene uno y si los mantienes limpios no hay de qué quejarse. Hay lugares donde todavía es común el inodoro indio/turco, es el que es un hueco en el piso, pero nosotros tenemos el normal, yay! Tuve la oportunidad de probar el hueco en el piso este fin de semana…ya contaré esa historia.

En fin, el agua se calienta con un mini calentador eléctrico. A veces por las noches y las mañanas está fresco, así que viene bien una ducha entre tibia y caliente.

No hay bidet acá. En su lugar hay una manguera al costado del inodoro. Según tengo entendido hay muchos indios que no consumen papel higiénico y esa manguerita es el producto sustituto. Y ya que estamos comparto un dato de color casi relacionado: la mayoría de la comida se come con la mano…creo que con la izquierda porque la otra es para limpiarse…o al revés, todavía no tengo en claro con cual se supone que se hace qué. Tampoco tengo intenciones de llevarlo a la práctica, pero supongo que puedes quedar mal en público si estás comiendo con la mano que “no es.”

Siguiendo con las acomodaciones: la cama. Básicamente, es un cajón de madera con cuatro patas, sobre el cual se pone una colchoneta de tres/cuatro centímetros de espesor. Para reducir la dureza hemos puesto entre tres o cuatro de estas colchonetas, armando lo que sería el colchón. Sinceramente no la encuentro tan incómoda. En algún momento escuché que es mejor para la espalda dormir en una superficie dura, me convencí de ello y puedo dormir perfectamente bien. Es verdad que termino el día agotada y me duermo al toque, pero al margen de eso no he sentido dolores musculares relacionados con “dormir mal.”

Lujosa cama

Lujosa cama

Por otro lado, me llamó la atención la instalación de los enchufes. Todas las toma corrientes y ventiladores tienen un interruptor que lo activan y desactivan. Me pasó un par de veces que no me funcionaban las cosas por no acordarme de ese pequeño detalle: no encontraba la manera de prender la cocina eléctrica, no se cargaba el celular, y uno de los primeros días esperé como diez minutos que se caliente el agua y nada. Finalmente me fui avivando.

Los interruptores

Los interruptores

Otros detalles:

– La cerradura convencional existe, pero muchas de las oficinas y casas se cierran con un gran pasador y un candado.

– Por las mañanas amanecemos al bello canto de los cuervos. Hay muchos y en todas partes.

– Hay espacios inútiles que no tienen razón de ser.

En fin, creo que eso es todo con respecto a la casita. Los dejo con más fotitos.

Besos! 😀

¿Te Parece si Interactuamos un Poco?

Tenía todo un relato preparado en mi cabeza sobre cómo hace una semana que llegué y recién hoy fue mi primer día completo en el trabajo, pero habrá tiempo para eso. Ahora prefiero destacar mis primeros encuentros con indios en India.

Un posible nuevo amigo me dijo sabiamente que el shock cultural más grande no iba a ser ni la comida, ni el calor, ni la multitud en los trenes, que el cuerpo logra adaptarse a esas cosas; me dijo que el shock cultural más grande iba a ser lidiar y comunicarse con la gente. Empiezo a entender a lo que se refería.

Hay muchas cosas para mencionar pero hoy hablaré de la falta de espacio personal. Esto sucede en todos los aspectos, tantos físicos como emocionales. Hay quienes describen a la sociedad india como un conjunto de individuos que piensan en colectividad, donde “lo tuyo es mío, y lo mío es tuyo.”

Cuando uno viaja amontonado en el subte o en el colectivo de Buenos Aires, las personas inconscientemente tratan de hacerse chiquitos, de ocupar la menor cantidad de espacio posible. Acá no. Acá vas amontonado en el tren y las personas están a sus anchas, se rozan, se empujan, se respiran cerca y nadie parece sentirse invadido. Hay quienes incluso miran sin disimular al celular del pasajero vecino.

En el tráfico no existe una distancia mínima con el vehículo de adelante. Si un peatón está cruzando la calle nadie se detiene o cede el paso: las motos, los autos, los rickshaws (moto autitos) y hasta otros peatones siguen su camino con determinación, independientemente de quién o qué obstaculice su trayectoria. No entiendo cómo no hay accidentes.

Pero estas cosas…zafan. La invasión del espacio personal lo sentí más en lo intangible. Uno de mis primeros conocidos locales, digamos que amigo de un amigo a quien llamaremos Knorr, es super amable, dedicado a las cosas que le importan, gracioso, responsable y también muy insistente. Nos acompañó a hacer unos trámites y al día siguiente no paraba de mandarme mensajes. No soy buena con mensajes, jamás. Salvo esos casos raros que vivas al otro lado del mundo y hayamos construido una relación virtual, no va a pasar. Desde mi punto de vista el mensaje, sea por facebook, whatsapp o lo que fuere es para resolver cosas simples: donde encontrarse, a qué hora, que te lleven un fernet a la previa, avisarle a una amiga que llegaste a tu casa sana y salva, que sigues viva, cosas puntuales; para charlar de la vida y conocerse prefiero el método tradicional, face to face. En fin, Knorr me llamó para decirme que me meta en watsapp y le hable. Traté de ponerle onda a la conversación pero llegó un momento que me cansé, que no sabía cómo responder y dejé de contestar. La razón fue por una sensación semejante a la de la siguiente situación, por supuesto que inventada y super exagerada: alguien amablemente te ofrece…no se…acercarte a tu casa en su vehículo, pero tu vives cerca y es temprano todavía, así que rechazas la oferta. A esta respuesta el tal alguien te cuestiona…¿por qué no? ¿No te agrada? ¿Le tienes miedo? ¿No te gusta su modelo de auto? Y así, preguntas que tienen respuestas algo comprometedoras. Práctica como soy, no respondí más.

Pero esto…también zafa. Me sentí invadida más tarde cuando Knorr vino a cenar a casa con mi amiga latina y yo. Aparte de acusarme (jovialmente) de ser mala onda, antisocial y mente cerrada, relató toda la conversación que tuve con él por watsapp. Toda la conversación. Realmente nunca me puse a pensar que una conversación con una persona es parte del espacio personal al cual estamos acostumbrados y que respetamos. Nunca se me ocurrió hasta que de la nada una conversación personal se convirtió en un cuento de sobremesa. Aclaro que me reí mucho durante la cena, todos lo tomamos como un boludeo y así fue que tuve una inesperada pequeña dosis de shock cultural. El comentario posterior fue…bienvenida a India, así de intensos pueden llegar a ser.

Por supuesto mi intolerancia y transparencia en ciertas cosas influyeron en el desenvolvimiento de la situación. Tampoco se puede generalizar pero se encuentran patrones con historias y anécdotas ajenas. La gente es divina y no tiene intenciones de herir, simplemente es directa y no se calla nada. Si tienes un grano en la nariz, engordaste un par de kilos o te queda fea una remera, te lo dicen, sin pelos en la lengua.

Me falta mucho por aprender del tema gente y debo admitir que si bien a veces es un poquito frustrante también es muy divertido. No te aburres de interactuar cuando hasta sacarle fotocopias a tu pasaporte es una mini aventura.

Aprendizaje de la semana: debo responder todos los mensajes para que no me saquen factura después. 😛

Besoos! 😀

Primer Finde

Creo que debería cambiar la lista de objetivos jaja

¿Por dónde arrancar? Llevo dos días acá y ya parece una eternidad, más que nada por la cantidad de información que he absorbido (y olvidado).

Empezando desde el principio, por supuesto que lloré y me emocioné al momento de despedirme de mi familia en el aeropuerto…eso es normal y esperado, lloraba todas las veces que los despedía yéndome de Ecuador a Argentina, peor a un lugar más lejos. Durante el viaje todo muy bien, en horario, cómodo y buena atención. Fue recién llegando a Mumbai, el avión aterrizando por medio de una neblina de lo que asumo es contaminación y observando los “slums” (que serían equivalente a nuestras villas, las favelas en Brazil, etc) en la periferia del aeropuerto.. fue recién que se me ocurrió: “¿En qué me metí?”

Me duró muy poco la sensación de duda y casi desesperación. Pasé por migraciones, recogí la valija, cambie algo de dinero, salí afuera y habían dos chicos indios de AIESEC esperándome con un bello cartel de bienvenida. De ahí nos tomamos un taxi hasta Navi Mumbai y me mostraron la casa. Luego salí a comprarme una botella de agua en un mini mercadito, parecido a un kiosco, a dos cuadras. Salvo la coca cola, papitas Lays y algunos caramelos, todo lo que veía era desconocido. Eran las doce del medio día, compre agua y rodajas de pan, no comí nada, y me acosté a dormir toda la tarde.

En cuanto al lugar, todavía no entiendo bien su historia pero básicamente Mumbai quedó chica y se planificó una nueva ciudad cruzando un  lago/canal. Esta ciudad planificada, Navi Mumbai, es muy distinta a Mumbai en sí y se llega por tren.

Hasta ahora todo me parece muy lindo. Ojo, es una belleza distinta y el encanto es muy diferente al de zonas pintorescas de Buenos Aires por ejemplo. Creo que India ha sido muy bondadosa conmigo hasta ahora y se me está mostrando de una manera muy paulatina, lenta y hasta fácil diría yo. Si bien se ve mucha gente, se ve pobreza, se ven niños pidiendo, el tráfico es caótico, las casas son viejas, hay mucha tierra y las cosas se ven rudimentarias… hay algo que le da cierta magia y no parece tan tétrico como suena.

Vivo en una casa con tres chicas y dos chicos más, todos haciendo pasantías laborales o sociales y todos de distintas partes del mundo. Nos falta Australia y Norte América (si separamos América en dos o tres partes) para representar al mundo! Son todos divinos y ya me siento cómoda y en casa. La sensación es que puertas adentro vivimos en una pequeña burbuja que nos protege un poco de la India verdadera.

Me puedo extender muchísimo porque hay mucho que contar de estos días, pero para resumir, algunas pequeñas anécdotas/observaciones:

  • Los que trabajamos en AIESEC tenemos un presupuesto bajo, más si queremos viajar. Esto implica que nuestro principal medio de transporte es el tren. El tren es un quilombo bárbaro. Todavía no lo viví en hora pico y aún así me estresó volviendo de Mumbai esta noche. Los trenes y subtes en Buenos Aires son un chiste en comparación, hace dos semanas me quejaba del subte en hora pico pero eso es juego de bebes al lado del tren en Mumbai.
  • No le entiendo a la gente cuando habla en ingles. Tengo que concentrarme mucho, leer los labios y tratar de descifrar que dicen.
  • El movimiento en forma de infinito de la cabeza es muy leve, es muy común y es confuso.
  • Esta mañana temprano pasó a buscar la basura un chico, cuando lo vi lo miré, le sonreí y lo saludé de lejos. Creo que entendió que no teníamos nada, hizo su movimiento de infinito con la cabeza y se fue.
  • Parezco india! Al menos eso creo…salvo por el color de piel que es un poco más clara tengo facciones de acá.
  • En Navi no hay tanta gente, no se ven multitudes en todas las esquinas como me lo esperaba.
  • Vi una sola vaca, en Mumbai.
  • Hay ratas en las estaciones de tren.
  • Entrando a un centro comercial o cualquier lugar donde se concentra mucha gente hay detectores de metales, y te revisan las mochilas o bolsos.
  • En el tren una señora interesada en nosotras y que hacíamos acá nos empezó a hablar en Hindi…es inentendible. Mi cara de “estoy perdida y no sé qué dices” es inevitable y muy transparente.
  • La comida es picante y, para mi paladar, bastante. Mi primer comida india oficial fue “Butter chicken.” El pollo se cocina con manteca y luego se le agregan especias y se forma una salsa que ni idea que tiene, pero hace una combinación muy rica! Se siente un condimento sabroso y no tan picante, así que una buena elección para iniciarse en la comida local.
  • Estoy muy agotada.

Me va a tomar tiempo ordenar bien las ideas, realmente es tanta información y tantas cosas para contar que es difícil priorizar.

Mañana es mi primer día de trabajo y no sé cómo ir vestida…

Besoos 😀