La media noche del viernes nos agarró corriendo de una plataforma de tren a otra. Un poco agotados, con caras de dormidos y las mochilas al hombro nos dejamos estar y colgamos hablando de viajes, próximos destinos y edades (una de las chicas cumplía años el sábado, whooo!). Como muchas cosas acá, el tren se atrasó un poco y gracias a ello llegamos bien en horario.
Viajar en “sleeper’s class” de un tren es la opción más económica para recorrer India. Nuestro viaje de nueve horas nos costó 350 rupias (casi seis dólares) por cabeza. Dado el precio no se puede pretender mucho lujo/higiene/comodidad/privacidad y tampoco es recomendable viajar solo en estas condiciones, y menos siendo mujer; pero éramos un grupo de seis, en teoría ocupando una sección solo entre nosotros. Los chicos me han contado sus historias no muy felices en los trenes de larga distancia y que han sido experiencias no tan deseables, pero nuevamente creo que India ha sido bondadosa conmigo. Debo admitir que es mucho peor de lo que imaginaba, pero aún así lo disfruté mucho al viaje y me pareció genial!
No es lindo, para nada. Casi que tiene un ambiente de cárcel. Es oscuro, no es limpio, apenas entras te inunda un olor desagradable proveniente de los baños (el mal olor de los baños acá es más fuerte que de costumbre, debe de tener algo que ver con las especias que se consumen), y en nuestro caso nos encontramos con un exceso de gente. Para encontrar el lugar hay que caminar por un pasillo que corre a lo largo del compartimiento. De un lado de este pasillo hay camillas apoyadas contra la pared/ventana, una fila a la altura de las rodillas y otra a la altura de la cabeza. Del otro lado están las secciones donde cada una tiene una apertura abierta (valga la redundancia, pero me refiero a que no hay división alguna, no hay puerta, cortina, marco, nada) a seis camillas: dos a la altura de la rodilla, dos a la altura de la cintura/costillas y dos a la altura de la cabeza. A diferencia de las camillas contra el pasillo estás están dispuestas transversalmente al tren; al principio están guardadas las dos del medio convirtiendo a las camillas de abajo en asientos.
Cuando finalmente ubicamos nuestra sección la encontramos con ocho a diez personas, que se subieron sin comprar ticket, sentadas en nuestros lugares. Si esto pasará en Argentina lo más probable es que habría puteadas de idas y vuelta y una discusión para resolver el tema. Acá fue muy pacífico. Vino el encargado del tren, dijo un par de cosas en hindi, y con el tiempo las personas se empezaron a levantar y a acomodar en el pasillo. Eran como las dos de la mañana cuando finalmente pudimos armar las camillas que faltaban y acostarnos a dormir. Mientras yo me acomodaba en la camilla de arriba, al lado de los ventiladorcitos del techo, unas señoras que habían estado sentadas en nuestro lugar se acomodaron en el pasillo entre nuestras camillas! Me desperté en la noche y cuando miré hacia abajo estaba todo ocupado con sus bolsas y pertenencias.
Estaba tan cansada que dormí bastante; me despertaba cada rato por ruidos de las vías del tren (mucho ruido), o de gente discutiendo, o tan solo para ponerme en una posición más cómoda. No hacía ni frío ni calor, tenía puesto un sweater y estaba cómoda. Da un poquito de cosa acostarse en la camilla aparentemente sucia, pero si uno se olvida que la han usado cientos de personas antes (probablemente sin haber sido limpiada), no es mucho menos incómodo que los colchones a los que ya estamos acostumbrados.
Después de un par de horas de sueño, nos levantamos como a las ocho y media de la mañana, deshicimos las camas, y nos sentamos a disfrutar de la vista a través de las pequeñas ventanas, esperando llegar a nuestro destino. En un momento usé el baño al estilo indio del tren. No es lo más cómodo, pero creo que en cuanto a baños, después del de Lonavala ya nada me sorprende.
Llegamos a la estación de tren y tomamos dos rickshaws para ir a nuestro hotel. El camino curvilíneo a Anjuna Beach es muy bonito, calles relativamente angostas, muchas plantas y árboles, se ven casitas modestas y también mansiones no tan modestas. Goa es un estado que fue colonizado por los portugueses y es considerado uno de los lugares más occidentalizados de India. Esto es verdad en cierta medida. En los treinta minutos hasta llegar a nuestro hotel vi más gente blanca que lo que he visto en Navi Mumbai durante toda mi estadía, la música en los bares, boliches y ambientes de joda es principalmente electrónica y hasta se puede conseguir carne (supuestamente de vaca, pero hay quienes dicen que es búfalo).
Llegamos al hotel como a las once de la mañana, todos famélicos y contentos con tan solo ver el mar. Mientras esperamos a que llegue el resto de la banda fuimos a comer a un restaurante sobre la playa.
El hotel Anjuna Inn es más que agradable y se lo recomiendo a cualquiera que vaya a Anjuna Beach! Solo pasamos una noche ahí y lo ocupamos solo durante las pocas horas que dormimos y para bañarnos, pero es muy limpio, está sobre la playa y tiene colchones de verdad, que más se puede pedir? Dejamos las cosas en los cuartos apenas llegamos, y todo es tan relajado en la playa que el check-in lo terminamos haciendo como a las seis de la tarde. Uno de los chicos que viajaba con nosotros es indio y se encargó de todo lo relacionado a la comunicación, organización y negociaciones, así que la mayoría del resto solo nos dejamos llevar.
Después de comer fui a comprar mis primeras adquisiciones en ferias indias. Es natural en la cultura de acá negociar absolutamente todo y esta feria fue la primera vez que me encontré en la situación. Con dos amigos elegimos cuatro artículos y la hora de establecer el precio, fue todo un drama!! Por un lado que era muy caro, por el otro que era muy barato, que no le alcanzaba para cubrir el costo, por el nuestro que no teníamos tanto dinero para eso, y así sucesivamente. Finalmente la vendedora dice que su precio es fijo y no baja más, a lo cual dejamos las cosas desinteresadamente y nos alejamos, a lo que ella nos llama, lo deja a un menor precio y concretamos la compra. A mí me parece agotador todo el trámite, pero acá es rutina y la gente lo disfruta. Posteriormente le compre un collar a una señora viejita cuyo discurso de venta incluía “su dinero es suerte para mí.”
La tarde del sábado nos dedicamos pura y exclusivamente a disfrutar de la playa y recorrerla de punta a punta. Aparte de salada, el agua es muy calentita y dan ganas de no salirse! Yo que soy friolenta en el agua la pasé increíble. En cuanto a los playeros no eran tantos en cantidad, todos turistas y por lo general de edad pasada los cincuenta (nos llamó un poco la atención un señor que para obtener su bronceado perfecto se entangó con un divino hilo dental, estaba más descubierto que cualquier mujer…).
Si bien la playa era turista, al caminar hacia el final de la misma nos encontramos rodeados de indios que hasta trataban de sacarnos fotos. Salvo en Goa, no se muestra nada en India, incluso en las ciudades cosmopolitas. Los indios no están muy acostumbrados a ver piel y mucho menos piel blanca y al tener varias chicas en el grupo con tes blanca, el grupo llamaba un poco la atención.
Otra observación que nada que ver, nos pasó varias veces que le pedimos a alguien que nos saque fotos grupales y no tenían ni un poquito de sentido estético de una foto! En un momento le pedimos a un chico y el respondió: “Realmente pretenden que todos ustedes entren en esta pantallita!?” jajaja sacó fotos por partes, de tres en tres, cosas que pasan..
Continuando con el relato, la idea era alquilar unas motos para ir hasta el pueblo y enfiestarnos ahí. Del grupo de diez interesados en ir solo uno sabía manejar una moto (aclaro que son sin cambio, pero igual…). Uno de los muchachos se subió con confianza en la moto y le dio con todo al acelerador, chocándose y causando pequeños daños materiales. Posterior a esto nos convencimos que era muy mala idea aprender a manejar una moto de noche, en calles oscuras, con la idea de tomar una o dos cerveza. Estacionamos las motos y volvimos a la playa.
Fuimos a un bar llamado Curlie’s donde entre varios nos fumamos una shisha/narguila sabor a manzana/menta, muy rico! Con lo torpe que soy sin querer tiré de más la manguera y se cayó todo el equipo…casi se cae la brasa encima de alguien pero en definitiva fue un casi incidente, y nos la reemplazaron por otra. Luego le cantamos el feliz cumpleaños a la cumpleañera y partimos para otro bar a unos trescientos metros de donde estábamos.
Caminar de noche por la playa, bajo las estrellas, en el agua tibia, en la semi oscuridad, sin ruido más que el de las olas, con una brisa y varios nuevos amigos es increíble!! Fuimos hasta el final de la playa para ver todas las opciones hasta optar por volver a un bar a media distancia. Nos acomodamos en los sillones sobre la playa a picar algo para comer y tomar. La música era electrónica y en cuanto escuchamos algún tema conocido la banda de chicas se paró a mover las cachas, cantando los coros y bailando el resto. Con mis amigos salseros hemos llegado a la conclusión que no importa qué género de música suene, siempre, pero siempre se puede encontrar la clave de la salsa… así que no fue mucha sorpresa encontrarme rumbeando a música electrónica en una playa sobre la costa del Mar Arábigo. Maravilloso!
Nos fuimos a dormir a eso de las tres y media de la mañana y a las ocho a.m. ya estábamos levantados, listos para empezar nuestra mañana paseando en motos por el pueblo. Todo toma su tiempo en India, y más aún si es en la playa y con tanta gente. Desayunamos y finalmente salimos a recorrer en motos, wooohoo!! Yo había manejado moto en una que otra ocasión hace un tiempo, pero le tomé miedo y a su vez más respeto cuando me llegaron historias de accidentes y demás. De todos modos me animé a manejar y después de unos minutos de prueba salimos a la calle. Cómo dije son super angostas algunas calles y manejar del otro lado de la calle tiene sus cositas. Mientras vas en camino derecho está todo perfecto, pero al momento de llegar a una intersección se confunde todo, no sabes de donde van a venir los vehículos… por suerte no había mucho tránsito y no llegamos a entrar al pueblo. Creo que nos falta práctica para manejar con tráfico, gente, vacas y huecos en la calle. Es muy genial y nos divertimos mucho!! El único incidente ocurrió cuando sin querer roce una moto que estaba estacionada adelante mío y le rompí la placa…oops! Iba manejando muy muy lento, a medio paso de hombre, pero aún así la señal de frenar no le llegó a mi mano y el impacto tuvo su efecto. Con Louisa, mi acompañante, decidimos que era más conveniente seguir de largo y olvidarnos de lo que pasó, tal vez algún día el karma vuelva a cobrarme por el daño.
Más tarde volvimos al pueblo en taxi y paseamos por “the market.” Hay muchos bares y boliches donde se re pone con fiestas electrónicas y mucha joda. Comimos pescado muy rico en la playa, boludeamos un rato, compré unas botellas de alcohol para mi jefe (en Goa el alcohol sale casi la mitad de lo que sale en el resto del país) y volvimos para terminar de disfrutar de nuestro día de playa. Por cierto, con una de las chicas descubrimos como subirnos a un barco pescador! Fue todo un logro! Me quedaron raspones y todo, pero en un momento de “Eureka” optamos por usar la cabeza en vez de la fuerza bruta y logramos nuestro objetivo…es medio pelotudo, pero fue glorioso! jaja
Finalmente llegó la hora de partir. Habíamos entregado dos de las tres habitaciones antes del medio día así que éramos once personas turnándonos para bañarnos en un único baño. Dejamos el cuarto hecho un verdadero asco, lleno de arena por todos lados.
A la vuelta volvimos en bus y debo admitir que prefiero sleeper’s class del tren mil veces antes que el micro. Me costó encontrar una posición cómoda en el asiento, me hacía frio, y el colectivo iba demasiado rápido para las curvas de la ruta. Llegamos a las seis de la mañana a Belapur, dormimos un par de horas y listos para arrancar una nueva semana de trabajo!
Fue un viaje rapidísimo! Me hubiese encantado ver más de Goa, ya que en realidad no vimos nada. Hay muchos templos, iglesias y paisajes naturales para descubrir en ese lindo lugar, pero lamentablemente no tuvimos el tiempo para conocer bien. Aún así me encantó, fue corto pero pareció una eternidad! No tener que pensar en lavar la ropa, en cocinar para el día siguiente, en ir de compras…muy genial!
Costo del viaje completo, con transporte, hospedaje y todos los gastos incluidos: 86 USD, nada mal!
Hasta la próxima!
Besoos! 😀